domingo, 4 de agosto de 2013

CAPÍTULO 8: Mi primer mesiversario

Mi fiesta de cumplemeses
     
      Nunca pensé que cumplir meses fuese tan divertido. Menudo fiestón se montó en el Palacio Oncetartessos aquella tarde de sábado. No sólo celebrábamos que hacía un mes que nos habíamos despegado físicamente de la mami sino que también fue el primer día que salíamos a cielo abierto. Aquel día estaba soleado y yo, con mis ojitos recién abiertos, no hacía más que ver destellos por todos lados. Pero me gustó, fue una experiencia irrepetible y supe que el mundo sería algún día mío, yo estaba hecho para estar ahí fuera.

        Manu montó un escenario precioso, cómo no, la sesión fotográfica era condición sine qua non para poder dar un paso en aquella casa. Ahora ya podía ver dónde se colocaba con la cámara, darme cuenta de qué ángulo prefería el fotógrafo y posar como un auténtico modelo. La verdad es que cada vez lo hago mejor: mejoro mis posturas, miradas y técnica en general. Soy toda una estrellita canina. 

     El ambiente era lo más parecido a Disneyland Paris: globos, gorritos, guirnaldas, música, colores para mis retinas, texturas nuevas para las almohadillas de mis patitas y, no podía faltar, una deliciosa galletita que Carmen nos preparó y donde colocamos la vela “1”. Qué emoción. No nos atrevimos a encenderla por eso de que estamos en verano y no fuera a ser que provocáramos un accidente forestal, que están las cosas bastante regular por aquí en Sevilla.


      Estuvimos un buen rato de celebraciones. Yo no hice más que respirar y empaparme de olores nuevos, chupar aquel suculento dulce primerizo para mi paladar y disfrutar del momento con todos aquellos que nos acompañaban y no hacían más que cantarnos “Cumplemeses feliz, cumplemeses feliz…”, cuidarnos para que no diéramos ningún tropezón o nos atragantáramos de la alegría. Sus risas y comentarios denotaban gran cariño por nosotros y unos planes muy interesantes para nuestro futuro cercano.

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